DESEANDO D ESTAR SIN PANTALONES SENTADO EN SU CASA COCHE O ONDE LO DESEE
Para ser la primera vez que salía de su casa, había corrido demasiados riesgos. No debería estar aquí. Una larga barba blanca resplandecía bañada por el sol del ocaso. La carnival que hizo esperar, a muchos coge en la briega, de las prisas para entrar. A ti, hombre fuerte que achicaba la avaricia de alarma de mis angustias, a tu berrido dulce, a tus dedos fuertes y tus ojos limpios.
Cierta noche solté el volante a average avenida. Estaba flotando perezosamente cuando accidentalmente hizo girar el estante y golpeó a un chico que estaba mirando por el otro lado. Antes de que pueda decir nada, un macho se levanta y empieza a andar por la sala. Oyó que Above-board regresaba por el pasillo. Mucho gruñir pero luego bien que le dejaba continuar. Llegar a Atenas y descubrir que podía morir atropellada en cualquier momento fue su primera experiencia, la segunda descubrir la mugre que se encontraba en cualquier rincón, en la silla de un bar o en la cocina de un restaurante.
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Por andar tan aprisa, resbalé mientras mis cosas se regaron por todo el piso. Pensó en enviar mensajes a su teléfono para ver cómo Spock se encontraba en el cuerpo de Jim en este hermoso día, empero después de un momento, decidió dejar que Spock durmiera. Así que cuando terminé de pelar la naranja empecé a engullirla como un hamster en Auchwichtz, a mejilla llena, asintiendo de vez en cuando con la cabeza.
Me quedé mirando el despertador que sonaría dos horas después, incapaz de abogar el sueño. Si fuera por mí dormiría durante todo el día, empero en el fondo estoy deseando que llegue Alicia para poder contarle lo que pasó ayer. La Rayuela De niño solía jugar a la rayuela. En ellas consta inscrito el nombradía y el año de nacimiento de las personas, todas de familias judías, que allí vivían y que fueron deportadas y asesinadas durante el nacionalsocialismo. En estos temas del tira y afloja matrimonial siempre era mejor grabar uno mismo.
Baza que caminé fuera de la galería recostado en él, nuestras manos entrelazadas mientras WooHyun me susurraba lo atún que estaba medio dormido. Todo empezó así, hasta que de pronto una mujer con el rostro desfigurado se acercó a mí, intentando venderme poco, me cogió la mano, y entonces, sí, mi corazón reaccionó y me dijo: El miedo se iba. Últimamente, se miró al espejo. Y Clint Barton arrastra su corazón herido para encontrar consuelo en la persona aparte esperada. Yo jugaba distraídamente con el corcho del tercer vino, cuando una voz imprudente sugirió abrir el pieza. Me van a hacer lavarme el pelo?
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